Los inmaculados.
Hoy fue un día duro. Anticipación, sí, pero también mucha lucha. Quizá porque fue por estar veintitantos días sin salir o porque el pensar y actuar como un fariseo le desanima a cualquiera. Pero creo que estamos entiendo mejor lo oscuro que estaban sus corazones, lo grande que era su orgullo y sobre todo lo asombrante que es ver que todos tenemos un poco de fariseo adentro.
Puesto que tengo dos niñas que les encanta disfrazarse, nos arreglamos para la ocasión con nuestras prendas más resplandecientes y blancas con un toque de azul.
El vestirnos inmaculadamente no hace que nuestros corazones sean inmaculados, nuestra ropa no duró impecable más que un par de horas. Necesitamos ayuda; nuestros corazones necesitan luz y humildad semejante al de Jesús para poder confesar que somos fariseos de corazón. Menos mal que Jesús lo hizo posible en la resurrección. -L
PD. mi cuenta-atrás ya tiene color!
Estamos haciendo la cuenta-atrás de Un final sin fin un tanto inesperado, escrito por Kristin Kjorlaug y Lorena Albright López.